principio y fin eres Tú, Santo es Tu nombre,
tesoro preciado y tan despreciado,
tan amado y tan odiado,
Dios mío....Tu ya lo sabías,
que te rechazarían muchos
y harían mofa de Tu Santo nombre,
nos advertiste Señor que Tu cruz debíamos cargar,
¡pero cuanto cuesta a veces Dios mío!,
¡cuántas lágrimas hay que derramar!,
benditas lágrimas endulzadas con tu miel santa
hermosean el rostro, hacen brillar los ojos,
porque no hay llanto mas bello que aquel que se hace
arrodillado ante tu altar.
Dios poderoso, Dios de paz, Dios de mi vida,
eres la sal que a mi esperanza conserva intacta,
esperando con ansias tu venida,
mi alma te alaba, mi alma en ti descansa.