Dueño mio
Tu eres mi dueño Dios amado
De mi risa y de mi llanto
De mi tristeza y de mi canto,
de la noche cuando duermo
del cielo y sus estrellas,
de mis sueños, y quebrantos.

Eres dueño de mis obras,
Porque a Ti las he entregado,
y si hay algo bueno en mí
es porque me lo has dado Tú;
Jesucristo, mi amigo amado.

Eres dueño de mi futuro
Por eso puedo descansar
Hay reposo en tus brazos
mi celestial refugio,
nada me ha de faltar
contigo estoy segura.