GRACIAS


Gracias mi amado Dios por los clavos de tus manos, por la corona de espinas, por los azotes y por todos los padecimientos que sufriste por salvarme y perdonarme.

Gracias por ese amor tan grande y por esa sangre bendita que derramaste por la humanidad. Agradezco cada día, cada minuto, casa segundo por esa muerte cruenta y despiadada que sufriste por la humanidad y se constriñen nuestros corazones de agradecimiento a ver la grandeza de tu poder y de tu gloria. Gracias Señor porque te rendiste voluntariamente a los azotes. Sabías lo que ibas a pasar y no te quejaste, no renegaste, sino que fuiste obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Te hiciste maldito para que nosotros fueramos benditos. Te ruego que sigas abriendo el entendimiento a la humanidad, ya que tu sangre sigue siendo fresca, tu perdón no se acaba y tu amor es eterno. Alabo Tu nombre y te doy las gracias mi amado Dios, porque tuviste misericordia de mi.
Gracias amado Dios en el nombre de Jesucristo.
Amén