LA VIDA ES COMO HIERBA

Dios amado, el Salmo 49 dice que la vida pasa tan rápido. El mundo se afana por obtener bienes materiales, luchan y trabajan tanto. Se descuida a la familia, los hijos, las amistades por querer tener un nombre bajo las estrellas. Todo aquí en la tierra es temporal y se muere, nada es infinito.
La vida pasa tan rápido, hoy estamos y ya luego dejamos de existir. Desaparecemos como la hierba del campo, como el rocío de la mañana, tan rápido que al final debemos clamar  para que existimos en realidad.
Abrázame y sujétame a ti con fuerza. No dejes que los afanes de este mundo me aparten del Dios vivo. Eres mi amparo y mi fortaleza, nada puedo hacer sin tu amor. Dios santo, el día que me muera en esta carne, quiero despertar y que al abrir mis ojos pueda ver tu rostro sonriente esperando por mi. Me darás la mano, me dirás ven aquí bendita de mi Padre, me abrazaras, me harás cariño, me darás la bienvenida y yo me llenaré de gozo inefable. Será tan maravilloso ese momento que olvidaré  todas mis tribulaciones porque tu limpiarás mi rostro de toda lágrima y angustia.
Eres el alfa y la omega, el principio y el fin, lo que eras, eres y serás, porque no hay nadie como Tú, creador del universo y de mi vida. Salvador nuestro, esperanza del alma mía, nadie hay como tú. Te espero Padre, te espero Jesús. Gracias Espíritu Santo. Amén