ORACIÓN CON VERSOS BÍBLICOS PARA COMBATIR LA TRISTEZA






Gracias Señor porque cuando estoy triste tú mismo marcharás   frente mío y estarás a mi lado, nunca me dejarás ni me abandonarás así que no temo ni me desanimo porque tú estás conmigo, tú eres mi Dios y no tendré más miedos porque me fortalecerás y me ayudarás, me salvarás con tu mano victoriosa. Yo soy tuya (o) y tú me libras de mi angustias. Señor mío, deseo que mi vida te agrade para recibir tu guía y así no quedar tirada (o) en el camino. Si tropiezo no caeré porque tú estarás allí para sujetarme y sostenerme. Puse mi esperanza en Ti y tú te inclinaste para escuchar mis gritos, me salvaste de la muerte, me  libraste de hundirme en un pantano. Afirmaste mis pies sobre la roca y diste firmeza a mis pisadas. Hiciste brotar de mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a Ti mi amado Dios. Quiero que los que me conocen también pongan su confianza en ti y que te alaben. No me volveré a inquietar, no volveré a angustiarme porque en Dios pondré mi esperanza porque tengo mucho que alabarle. Tú eres mi Salvador y mi Dios. 
Yo estoy segura (o)  de que nada podrá separarme del amor de Dios: ni la vida ni la muerte, ni los ángeles ni los espíritus, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes del cielo ni los del infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarme del amor que Dios me ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es mi Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él me consuela en todas mis dificultades para que también pueda consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podré  ofrecerles el mismo consuelo que Dios me ha dado a mi. 
Tú eres mi Dios y quien me ayuda en todas mis tribulaciones. Por eso oro a ti cuando estoy triste y te canto alabanzas cuando estoy alegre. Ayúdame a recibir tu corrección con humildad para que me exaltes a su debido tiempo  y te entrego todas mis preocupaciones porque tú cuidarás de mi. Bendice mi vida renuévame cada día porque tus misericordias son eternas. En el nombre de Jesucristo. Amén. 

Deuteronomio 31:8 (NBD)
“El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.”

Isaías 41:10 (PDT)
“No temas, estoy contigo. Yo soy tu Dios, no tengas miedo. Te fortaleceré, sí, te ayudaré. Te salvaré con mi mano victoriosa.”

Salmos 34:17 (TLA)
“Dios escucha a los suyos y los libra de su angustia.”

Salmos 37:23-24 (PDT)
“Cuando al Señor le agrada nuestra vida, nos guía para que no caigamos. Si tropezamos en el camino, no caeremos porque el Señor estará allí para sostenernos e impulsarnos.”

Salmos 40:1-3 (DHH)
“Puse mi esperanza en el Señor, y él se inclinó para escuchar mis gritos; me salvó de la fosa mortal, me libró de hundirme en el pantano. Afirmó mis pies sobre una roca; dio firmeza a mis pisadas. Hizo brotar de mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos y pusieron su confianza en el Señor.”

Salmos 42:11 (NVI)
“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!”
Romanos 8:38-39 (TLA)

“Yo estoy seguro de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la vida ni la muerte, ni los ángeles ni los espíritus, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes del cielo ni los del infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo!”

2 Corintios 1:3-4 (NTV)
“Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros.”

Santiago 5:13-14 (TLA)
“Si alguno de ustedes está triste, póngase a orar. Si está alegre, alabe a Dios con cánticos.”

1 Pedro 5:6-7 (PDT)
“Cuando Dios los corrija con su mano poderosa, acéptenlo con humildad. Después, cuando llegue la hora, él los exaltará. Confíen a Dios todas sus preocupaciones, porque él cuida de ustedes.”